
Mi mente vigilante nocturna,
se columpia en el balancín de los sueños,
haciendo malabares y piruetas,
entre las cuerdas circenses del tiempo.
Y se desliza misteriosa por los vientos
que llegan al confín del universo,
un sideral encuentro con la nave,
que lucha embravecida a barlovento.
Se estrujan los sentidos desmayados,
por resistir al temporal que apremia,
feroces, tormentosos, expectantes,
que arrastran las mutiladas penas.
Mi querida Dolores
ResponderEliminarVuestra poesía es belleza, te admiro amiga
Un abrazo, un beso