No quieren venir los duendes,
a sentarse en la alborada,
de mis ilusiones hechas,
con la luz de la mañana.
Tienen sus dedos tejiendo,
la ciencia con la palabra,
la música con los sueños,
hasta despertar el alba.
Dicen que quieren traer,
un trono de azul y grana,
para ponerlo a mis pies,
de perdidas esperanzas.
Y llevarme en su carroza,
a contemplar las bonanzas,
de los gélidos reflejos,
que apuntan horas pasadas.
QUIEN PUDIERA SER EL TRUENO Y EL RELÁMPAGO DE LOS CIELOS PARA PONERLOS A TUS PIES Y DECIRTE Y DECIRTE TANTAS COSAS DESDE LOS CAMPOS POÉTICOS.
ResponderEliminarCON MI CARIÑO BESOS- SOTAVENTO